Vino el médico amarillo
A darme su medicina,
Con una mano cetrina
Y la otra mano al bolsillo:
¡Yo tengo allà¡ en un rincà³n
Un médico que no manca
Con una mano muy blanca
Y otra mano al corazà³n!

Viene, de blusa y casquete,
El grave del repostero,
A preguntarme si quiero
O Mà¡laga o Pajarete:
¡Dà­ganle a la repostera
Que ha tanto tiempo no he visto,
Que me tenga un beso listo
Al entrar la primavera!